No compres cachorros en tiendas. No lo hagas para que acabemos entre todos con las granjas de cachorros, de las que proceden casi la totalidad de los perros y gatos de cristalera. Si habéis llegado a ver el vídeo hasta el final, ya te puedes hacer una idea de cómo son estos lugares. Sí, los hay que son mejores que lo que se muestra, pero nunca son buenos. Y lo que has visto es mucho más común de lo que crees.
No compres cachorros en tiendas. No lo hagas para evitar que esos animales pasen sus primeras semanas de vida en un entorno artificial, aislado, sin estímulos correctos, sin posibilidad de socializar.
No compres cachorros en tiendas. No lo hagas porque hay miles de animales que serían perfectos compañeros esperándote en perreras y protectoras cuyo futuro es muy oscuro, ya sea porque se enfrentan a un posible sacrificio o a una vida privada de conocer el amor de una familia.
No compres cachorros en tiendas. No lo hagas para poder transmitir a tus hijos, o a los niños que te rodean si no tienes hijos, que los animales con los que compartimos nuestra vida no son cosas que se compran y se venden. Para ellos es una lección de humanidad ver que los adoptas.
No compres cachorros en tiendas. Si amas una raza en concreto no lo hagas para no fomentar que se críe animales de raza por gente sin escrúpulos a los que no les preocupa el estado de salud o el carácter que transmiten. Si estás empeñado en un animal de raza, acude a un buen criador y nunca compres sin ver las instalaciones para asegurarte de que están criando con criterio y humanidad y conocer al menos a la madre del cachorro.
Si ya has comprado a tu perro o a tu gato en una tienda, no pasa nada, no le des más vueltas. Es un animal que merece cariño, respeto y cuidados como cualquier otro. Pero toma nota y procura no repetirlo en el futuro.
Explica a los que te rodean la realidad de los cachorros de cristalera. Que se conozca lo que hay tras ese negocio. Por eso mismo, difunde este texto tanto como puedas y quieras.